Anoche, las mujeres de la casa disfrutaron de un tiempo de refrigerio en la presencia del Señor. Una noche sólo para nosotras, sin máscaras, sin miedos, sin presiones de los hijos o los esposos; una noche de transformación en la que el Señor ministró a nuestros corazones desde los cánticos hasta la oración final.

Nuestra pastora dirigió su mensaje a las esposas, a las madres y a las solteras, utilizando como ejemplo a 3 mujeres que marcaron la historia en la Biblia: Abigail, la Sirofenicia y Rahab.

Abigail: Esposa (1 Samuel 25)

Abigail, mujer sensata y sabia, que no permitió que el maltrato de su esposo iracundo e insensato dañara su corazón. Como tantas mujeres que conocemos, Abigail estaba enfrentando una crisis matrimonial, dando su mejor sonrisa a los que le rodeaban, pero al entrar en la intimidad de su aposento, la verdad era otra. No hay peor maltrato que el abandono y la frialdad de un hombre que no te dice que eres importante para él, que no cree en lo que tú crees y que te sea de estorbo para servir a Dios.

Te han enseñado que la mujer tiene que aguantar el maltrato y eso no está en las páginas de la Biblia, ni en el manual de Dios. La biblia dice que el que halló esposa halló el bien y alcanzó la benevolencia de Jehová.

Como el espíritu de Abigail no estaba quebrado, esta mostró compasión por su esposo ante el rey David al suplir lo que éste había demandado a su esposo. Por tanto, esa noche ella salvó a su esposo y cambió el rumbo de su vida. Abigail recibió un  regalo de parte de Dios que esta no pidió: terminó siendo esposa de David.

Tu dolor no será para siempre, tiene fecha de expiración. El 2015 es año de cambios, y eso incluye la restauración de tu matrimonio.

La Sirofenicia: Madre (Marcos 7: 24-30)

Herencia de Jehová son los hijos, por tanto no son nuestros. Al ser de Dios entendemos que estos tienen tiempos en Dios. Una madre con el corazón sano, una madre sabia, entiende y comprende los tiempos de Dios para sus hijos.

Esta mujer sabía que  los tiempos de su hija eran enfermedad y muerte, nada más difícil que eso para una madre. Por lo cual la Sirofenicia, aún con su ceguera espiritual, sabía que Jesús era la alternativa para su hija.

Mujer, no permitas que nada te desenfoque del propósito de Dios para tus hijos.

Fue donde Jesús a rogarle por su hija, pero la respuesta de Jesús no fue la que ella esperaba; aún así no dejo de insistir. No fue que Jesús fue maltratante, sino que sus palabras tenían un propósito. Esa mujer se tragó su orgullo, y dijo «es verdad, yo no soy hija, pero aún los perrillos comen de las migajas de los hijos», y fue su fe y su persistencia las que alcanzaron el milagro de vida para su hija.

Rahab: Soltera (Josué 2 y 6)

Líder, colérica sanguínea; aunque vendía su cuerpo sabía que no era par gratificarlo, sino para llevarle pan a su familia. Ella sabía que para ella, a pesar de lo que decían, había algo mejor, un mejor mañana. Aquella mujer estaba en la noticia de Dios, y jamás pensó que iba a ser parte del árbol genealógico de Cristo.

 Para ti mujer soltera, en Dios siempre habrá un mejor mañana.

Fue a la casa de Rahab  a la que fueron los espías de Israel. Ella profetizó que la ciudad iba a ser tomada por el pueblo de Israel, y declaró que cuando la cuidad fuera destruida su casa no se iba a caer, y así fue. Josué cumplió con el compromiso hecho por los espías y su familia recibió asilo y protección, y desde ahí formaron parte del pueblo de Israel.

A ti mujer soltera, Dios te dice hoy yo quiero ser tu primer amor. Dame los mejores años de tu vida, dame tu fuerza, dame tus proyectos, dame tus sueños, Yo quiero ser tu esposo; y todo lo demás caerá en acorde con el plan de Dios para tu vida. 

Luego de esta hermosa palabra, nuestra pastora llevó a cabo una dinámica en la que fuimos instadas a ver más allá de nuestro físico para dedicarle tiempo a nuestra verdadera belleza: nuestro interior. El Espíritu de Dios trabajó con cada una de nosotras de manera extraordinaria y finalmente compartimos y disfrutamos de una rica merienda.

Mi casa, es la casa de TODOS