Nuestro maestro Ángel Otero, en la clase de nuestro hermano Ramírez, nos presentó el estudio titulado: «Enfrenta las tensiones». Tomamos como punto de partida 2 Corintios 6:1-13; 7:2-4.

«Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado;  antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra; por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo». (2 Corintios 1-10)

Pablo le hace una invitación para que valores la gracia: un favor inmerecido

Gracias al sacirficio de Jesús es posible realcionarnos con el Padre. «¡Qué bueno que ya podemos entrar en su presencia y conocerle». «Muchas personas conocen a Dios de oídas, pero no han palpado a Dios». Nuestro maestro hablando acerca de la murmuración, dijo: «Nos convertimos en necios cuando hablamos de nuestros hermanos». «Es más fácil hablar de nuestro hermano, pero no el considerarlo». Nuestro Dios es más que suficiente. «Dios capacita y da lo necesario para alcanzar aquello que era imposible alcanzar». «Dios quiere que tú te apropies de lo que es Dios y de lo que Él tiene para tu vida», expresó.

«Pablo te hace una invitación para que valores la gracia: un favor inmerecido». «No puedo menospreciar en mi vida lo que Él ha hecho por mí». «No podemos poner en poco una salvación tan grande » (Hebreos 2:3). «No debemos mirar hacia atrás como Lot, cuyo corazón estaba en Sodoma».  «La verdad sea la que me dirija, a pesar de la tribulación», finalizó.

Amado hermano, le esperamos todos los domingos en la Iglesia de Jesucristo El Caballero de la Cruz, a las 9:30am, en la Escuela Dominical: la espina dorsal de la Iglesia.

Mi Casa es. . . la Casa de Todos