En el culto nocturno del 16 febrero de 2014, la pastora Iris N. Torres continuó el tema sobre el Año del Despertamiento.

     Cuando se lleva despierto mucho tiempo los sentidos se agudizan y percibimos lo que en otro estado no percibimos. «Dios tenía un plan específico para Josué, ya se había cruzado el Jordán, se había espiado a Jericó, había un compromiso con Rahab y mientras el pueblo dormía, Josué velaba» afirmó la pastora.

La pastora expuso tres lecciones que podemos tomar de esta porción y aplicar a nuestra vida con el Señor.

Lección 1: en tiempos de guerra uno no duerme, uno vela. «Lo único que Satanás quiere es que te salgas de la manada para atacarte solo», afirmó. Josué sabía que Dios le había entregado a Jericó, no te confíes. 

     Mientras Josué caminaba, vio al hombre con la espada desenvainada, señal de que estaba listo para la batalla. Cuando Josué lo vio, no esperó, sino que corrió hacia él para enfrentarlo. «El líder permanece firme y, cuando se acerca el hombre, Josué preguntó si estaba a favor de él o de los otros porque tenía que dejar claro que las batallas se ganan en grupo y no solo», aseguró.

       El hombre le contestó que no pertenecía a ninguno, que era príncipe del ejército de Dios. «Dios no va a permitir que tengas tu Jericó sin que sepas que Dios está de tu lado. Cuídate de la soberbia y del orgullo, en el momento que el hombre le dijo eso a Josué, se postró en tierra y le adoró», dijo.

Lección 2: No es con los escudos, cornetas, lanzas, trompetas, preparación, títulos, diplomas, talentos o capacidades. Reconoce que para conquistar a Jericó necesitas de Dios. «Quítate las sandalias porque el lugar que pisas es Santo: cuando reconozcamos que necesitamos de Él, le entregamos todo y nos rendimos a Él», continuó.

     Lo único que mueve a a Dios es un corazón contrito y humillado, alguien que depende totalmente de Él y que reconoce que él merece la gloria. «Josué no preguntó ni cuestionó, no le importó nada que no fuera postrarse y adorarle porque reconocía que estaba delante de Él», afirmó. No podía haber un Jericó sin una humillación primero. «Es necesario tener claras las prioridades, no podemos enfrentar una ciudad amurallada sin saber que Dios irá. Dios quería que Josué lo conociera como varón de guerra», continuó.

Lección 3: Jericó estaba cerrada. Cuando tenemos claras las prioridades y nos toca enfrentar un Jericó, aumentará la prueba porque está seguro de que la pasaremos con «grados» excelentes. «Ni el diablo ni tú creen en ti, pero aquel que te creó; sí. Aunque te caigas y te tardes en levantarte, el cree en ti porque sabe que saldrás de ahí», afirmó. No importa que Jericó estuviera cerrada; ya Jehová había decidido entregarle la ciudad al hombre de Dios.

Aunque las murallas de esta Tierra estén levantadas, esos muros se derribarán. Es necesario darle siete vueltas al muro y gritar que esta es la isla del cordero y que Puerto Rico tiene dueño; y ese dueño es Jahvé.

 

[quote align=»left» color=»#322EFF»]Mi Casa, es la casa de TODOS[/quote]