¿Por cuánto darías tu alma? ¿Te lo has preguntado alguna vez? ¿Sabes cuánto pagarían por ella? Este pasado viernes 27 de junio, subastamos un alma. Sí, ante más de 150 jóvenes llevamos a cabo el drama titulado “Se subasta un Alma”.

“Hay algo que tu corazón necesita y ellos no lo pueden dar: el perdón de tus pecados”- Jesús

El drama presentó varias de las tentaciones a las que un joven es expuesto a lo largo de su vida: el Placer, el Mundo y los Vicios. “Yo te ofrezco satisfacción por medio del alcohol y el sexo”, dijo el Placer. “Conmigo puedes tener fama, una excelente posición social, dinero y mejor aún, una vida de vana religiosidad”, afirmó el Mundo. “Únete a nosotros y vivirás rodeado de lujos y mujeres, disfrutarás al máximo de la pornografía, la masturbación y, además, tendrás acceso a toda clase de drogas, juegos del azar y a todas las discotecas”, ofrecieron los Vicios. Luego llegó Satanás, padre de toda mentira, y le aseguró al joven que sus siervos le habían ofrecido solo una porción de sus “beneficios” y que con él sí iba a poder cumplir todos sus deseos. Deslumbrado por poder finalmente obtener todo lo que había soñado, el joven aceptó dar su alma a Satanás a cambio de todo lo que le ofrecía. Sin embargo, Satanás le confesó que lo había engañado; que ahora era su esclavo, atado por cadenas eternas, condenado para siempre al infierno. Hasta que llegó el último comprador.

«Te ofrezco una vida nueva y libertad”, expresó Jesús.

“Yo te conozco desde el vientre de tu madre, siempre he estado contigo, mi amor por ti es tan grande que di mi vida en la cruz del calvario para perdonar tus pecados. Te ofrezco un camino difícil, una puerta estrecha que te lleva a la salvación, pero también te ofrezco una vida nueva y libertad”, expresó Jesús. El joven, quien encontró en esta oferta lo que su alma verdaderamente necesitaba, la aceptó y permitió que Jesús entrara en su corazón.

Luego del drama, 10 jóvenes aceptaron a Jesús como su Salvador. Acompáñanos el próximo viernes a partir de las 7:30 y encontrarás palabra de vida para ti.

 

Mi casa es la casa de todos…

 

Por: Claudia Ramírez